Poema IV
La musa
vuelve me atrapa,
abraza mi
alma dejándome exhausto,
toma mi
corazón con su lengua,
le dicta
cada letra, cada sentimiento,
convirtiendo
todo mí ser en poesía.
Me despierto
entre sus lágrimas,
creyendo son
de tristeza,
más ella
toma mis mejillas y besa,
si me besa
con su alma
llenando la mía
de melodía.
Se despide
dejando todo su mundo
incrustado en
mí, listo para crear
eso que me
salva convirtiendo
mi alma en
luz, mi corazón en voz
y mi cuerpo
en letras sin dolor.
Diego Hernán Raquita
25-04-2013 Buenos Aires, Argentina
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