LA LUZ
Apago la luz,
Cuando realmente
quiero apagar mi alma
ella no se alude,
sigue prendida
sigue martirizando
con su dolor
mi poesía.
Trato de acomodar
mi cuerpo,
mas no hay posición
para su descanso,
quiero llegar a una
litúrgica conclusión
pero solo logro
reubicar el dolor
banal de mi cuerpo.
El aire se torna
tan denso como
el hielo que cubre
mis recuerdos,
ni en ellos creo
ya que en ellos mora
la fuente de mi dolor,
el sueño me atrapa
la luz se apaga
se lleva mi alma.
Diego Hernán Raquita
01-09-2013 Buenos Aires, Argentina
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