Imagen.
Cambio mi imagen una y
otra vez,
mas mi sombra no se
entera,
ella no entiende que debo
tener
una nueva faz todos los
días.
Extraño mi primera
imagen,
aun cuando casi no la
recuerdo,
cuando casi no sé que
llevaba,
ni que tenía en su
corazón.
Cambio mi voz, aunque
igual
suene horrible y sin
color,
no hay melodía ni
armonía,
que deje ver mi alma en mi
voz.
No hay luz en mi alma
para despertar mi corazón
solo un poco de fuego
olvidado por mí, en ti.
Otra mañana, otro cambio,
no me peino, no me afeito,
solo salgo desnudo de
vida,
vestido con la eterna
muerte.
En la calle entiendo quien
soy
que no soy imagen, ni
sonido, ni luz,
aprendo que puedo volar
sin alas,
y nadar sin branquias.
Hoy sé que es lo que me
decía mi sombra,
cuando se negaba a ser la
copia de mis
horribles cambios, no por
feos ni malos,
solo horribles por no ser
mi realidad.
Renuevo mis lágrimas,
repongo mis versos,
enciendo mi luz, y canto,
con mi voz. Cantó y
declamo...
Diego
Hernán Raquita
24-06-2013
Buenos Aires, Argentina
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