Despliego mis alas preparándome
para volver al cielo del que nunca debí escapar,
dejo caer mi cuerpo por la ladera,
hasta que lentamente se eleva y se aleja del dolor.
Cruzo las nubes sin temor,
me elevo hasta que el suelo es solo una línea,
mientras el frío me escarcha la nariz,
el sol me ilumina el camino.
Planeo en círculos sobre tu alma,
esperando que me permitas aterrizar,
y compartir nuestro pequeño mundo,
en tierra, anclados, juntos...
Aterrizo, guardo mis alas, entro lentamente,
veo tus ojos recibiéndome y tus manos aceptándome,
te rodeo con mi mundo, te dejo embeberme en el tuyo
y me creo tuyo y te creo mía y nos siento únicos.
Diego Hernán Raquita
22-10-2013 Buenos Aires, Argentina
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