Quieto.
Quieto contra una hoja
blanca,
sin renglones, ni letras,
vacía como mi soledad.
Parado sobre un cuaderno
lleno de nervios y dolor,
vacío de ideas y
sentimientos.
Sentado sobre una roca,
descansando del mundo,
que rodea mi existencia.
Me convierto en viento,
encuentro tus ojos en él,
vuelvo a ser libre y tener
paz.
Acostado sobre el cielo,
que mece nuestro amor,
dejándonos desnudos.
Frente al negro tiempo
que se lleva nuestros
cuerpos,
dejando nuestras almas,
llenas de amor y verdad.
Diego Hernán Raquita
03-02-2013 Buenos
Aires, Argentina
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