TERCETO
Una mesa rodeada de viejos
Que hablan y gritan, gesticulan
Escupen se extinguen
Pero no logran nada más
Que llenar sus camisas
Y sus caras de saliva
Hoy cambiaron el mundo
Lo hicieron perfecto
Pero siguen muriendo
Y yo a su lado sigo
bostezando
Y sin creerles
De pronto caen al abismo
Descubren que ya no tienen fuerzas
Que el tiempo se les fue
Y mientras las lagrimas los ensucian
Yo rio detrás del espejo
Insisten en creerse eternos
El espejo se opaca
No se ven, vuelven a ser
Entonces me levanto
Paso mi mano sobre el espejo
Y los devuelvo a la realidad
Se traicionan pensando
que yo los traicione
Me dan vuelta la cara
Y se encuentran con el fin real
La impotencia de no poder ser más
Que una perdida de tiempo
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